“…Apareció visiblemente delante de los españoles, que lo vieron ellos, y los indios encima de un hermoso cavallo blanco, embraçada una adarga, y en ella su divisa de la orden militar, y en la mano derecha una espada, que parescía relámpago, según el resplandor que echava de si. Los indios se espantaron de ver el nuevo cavallero, y unos a otros dezían:
`¿Quien es aquel Viracocha, que tiene la Illapa en la mano?´…”
– Carmen Aróstegui, Los Matices de SANTIAGO
La presencia de uno, hace única la referencia. Hablar de patrones repetitivos en todas las conciencias artísticas, que se plasmó a lo largo de toda la historia de la humanidad, es indudablemente notar el propósito a donde llega cada una. Estos patrones existen porque pueden detallar formas de pensar, sentimientos, costumbres y hasta necesidades. Pero hay patrones generales que desvían nuestra atención y nos lleva a la interpretación inmediata, uno de esos patrones que son mezclados en la colectividad como en la individualidad es: El caballo blanco.
Mi intención no es hacer un estudio introspectivo acerca del caballo blanco, sino, revelar los sucesivos patrones y sus interpretaciones de diversas representaciones del caballo blanco. Pues que no es solo un capricho personal, sino, una breve investigación descriptiva nacida de una curiosidad.
Deseo representar los simbolismos sin una intención soberbia, puesto que no es un tema inédito, al contario, hay buenas investigaciones (directas e indirectas) sobre este fenómeno. Por otra parte, mi educación no compete el tema que trato, el espíritu curioso hizo que escriba las bases de un posible camino. Pero mi intención, está definida.
DE LA ACULTURACIÓN
“Durante la batalla debían, eso sí, invocar el nombre de Dios y el suyo. […] los combatientes cristianos verían al Apóstol montado en un caballo blanco, llevando una bandera blanca.”
— Klaus Herbers, “Santiago Matamoros: ¿mito o realidad de la Reconquista?”
Santiago Matamoros, es como tradicionalmente se le conoce al apóstol Santiago. ¿Qué es lo mas significante? este hombre no baja solo, es llevado en andas por un majestuoso caballo blanco. Un caballo que marcado en la memoria, desfila encima de los enemigos a vencer. Un caballo que demuestra la diferencia divina y la esperanza que es necesita dentro del campo de batalla. Los cristianos alentados y motivados ante tal hecho, auparon sus fuerzas y domaron el encuentro, como Santiago domaba esa simbólica bestia.
El propósito de la bestia blanca de donde Santiago va montado, es la promesa del milagro divino que las fuerzas españolas esperaban, es el símbolo de la esperanza y el retome de las fuerzas del altísimo. Representa un buen argumento dentro de una guerra por la religión.
En su contexto histórico, Santiago Matamoros es la figura que se sitúa en plena Reconquista (siglos VIII al XV), cuando los reinos cristianos del norte luchaban por recuperar los territorios ocupados por los musulmanes tras el año 711. En ese proceso, la figura del apóstol Santiago fue transformada en un protector celestial de los cristianos. La leyenda dice que en la batalla de Clavijo, en el año 844, el apóstol se apareció milagrosamente para ayudar al rey Ramiro I y su ejército, montado en un resplandeciente caballo blanco y blandiendo una bandera del mismo color.
Posteriormente, al conocimiento de las tierras americanas. El mismo Santiago tomaría una nueva imagen. Es esencial primero conocer que a las expediciones de conquista que se dieron entre el siglo XIV y XV los ideales que motivaron las guerras de reconquista para recuperar territorios ocupados por musulmanes seguían a pie, la mayor prueba de ello es que Santiago dejaría de ´matar moros´ a ´matar indios´.
Uno de los mayores argumentos para justificar las atrocidades propias del proceso de conquista, fueron los argumentos religiosos y de avance.
Los británicos, impulsado por el comercio de especias, llegaron en el siglo XVI a la India Feudal, en ella encontraron un retraso en el tiempo. Europa ya habría pasado de su etapa feudalista, en ellos nació el propósito de obligarlos a avanzar en el tiempo. Esto puede ser debido a su conciencia temporal lineal, que en poblaciones externas a Europa, no se concebía así. En muchas ocasiones argumentos como este se vieron como justificaciones para las atrocidades realizadas, y una de esas mayores justificaciones es santiago mata indios.
La imagen de Santiago ya había tomado otra forma, la misma imagen que les ayudó en Europa, tomaría una fuerza divina y justificaría la victoria contra los indígenas, los cuales se ven aplastados bajo la imagen de Santiago y su majestuoso caballo blanco, el cual como ya había mencionado: significaba imposición.
EL PROPÓSITO DEL CAMBIO RACIAL
El significado muchas veces se puede imponer ante la realidad, hay diversidades de ejemplos representados a lo largo de la historia. La esencia del dueño hace, en estos casos, imponer a la forma física de su bestia, para quizás, representar y exaltar muchísimo más figura.
El caso de Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno. En la novela escrita por Eloy M. Cebrián, «Vida de Alejandro, por bucéfalo», describe a Bucéfalo como un caballo «Era ya un caballo de unos treinta años, agotado por haber sufrido antes muchas penalidades y peligros que había compartido con Alejandro; fue este su único jinete, ya que no toleró sobre sí a ninguna otra persona; caballo grande de tamaño y de ánimo esforzado. Estaba marcado con una cabeza de buey, de donde su nombre Bucéfalo, aunque otros dicen que tenía una señal en su cabeza (siendo todo el resto de su cuerpo negro), exactamente igual a la cabeza de un buey.”
Ya sabemos la magnificencia que resultó tener Alejandro Magno, y la gran representación que debería asumir su caballo. Pero hay un problema: El verdadero caballo es negro ¿Eso puede contrastar la alta imagen del conquistador? Quizás esa sería la pregunta de quien pinto el cuadro que presenta esta sección. Bucéfalo, al ser un animal de carácter peculiar como su dueño, debería asemejarse a lo que su dueño irradia: Esperanza, Orgullo, conquista, éxito militar. Lo que cambiarle la raza a uno blanco, sería la mejor opción.

Óleo sobre lienzo, 260 × 221 cm. Obra emblemática del Neoclasicismo, esta pintura monumental exalta el heroísmo y liderazgo, representando a Napoleón montado sobre un majestuoso caballo blanco. Palacio de Charlottenburg, Berlín, Alemania.
Este no es el único caso del cambio de raza hacia el caballo. Muchos escuchamos la sarcástica pregunta en el colegio: «¿De qué color es el caballo BLANCO de Napoleón Bonaparte? A lo que la respuesta era obvia si ya la habías escuchado varias veces.
Pero, ¿En verdad el caballo blanco de napoleón era blanco? Es algo dudoso si nos remontamos a la verdadera imagen del caballo de Napoleón: Marengo. Quien era el favorito de Napoleón y por ende, su «Bucéfalo».
Los dos caballos son representados principalmente por acompañar a sus dueños en grandes conquistas, y como mencioné anteriormente, la imagen de su dueño perjudicaría a la imagen de su animal. El caso de Bucéfalo es claro, pero en Marengo solo le bajaría algunas tonalidades a su pelaje, ya que este era gris.
Marengo fue un caballo árabe de color gris claro, de aproximadamente 1.45 metros de altura a la cruz. Nacido en Egipto, fue traído a Francia tras la campaña napoleónica en 1799 y nombrado en honor a la victoria en la batalla de Marengo. Su representación blanca puede referirse a que su envejecimiento hace que su pelaje tome esa tonalidad, ya que este es un gris claro. Aunque no quita el significado que se quiere mostrar, representarlo en un contraste con Napoleón para que su figura destacase más.
Vimos los ejemplos en donde su esencia destacó mucho más que la realidad, primero con Bucéfalo y ahora con Marengo, no solamente se ve como un capricho de quienes narran la historia, sino, como una forma de destacar la imagen de este importante acompañante a pesar de que su representación física no sea la exacta pues se ve que el animal va a representar un medio, no la finalidad.
Escribo esto no solo para enumerar las veces en que encontramos a un caballo blanco a lo largo de toda la historia, sino, para poder destacar la imagen que este va a representar. Lo que va a contrastar e inclusive la intención de hacerlo representar. Vimos con Bucéfalo, un caballo negro, que tuvo que ser forzado a ser blanco para poder empatizar con la imagen que se quería dar a Alejandro, del mismo modo con Napoleón y Marengo. En Santiago, se nota como una parte de la justificación a las victorias europeas, entonces vemos un gran globo de virtudes y posibilidades que el caballo blanco puede demostrar. No solo hay que enfrascarse dentro del personaje sino también del animal del personaje, que muchas veces lo notaremos como aquel contenedor de sus virtudes. El presente, puede dar para mucho más, pero creo que necesito un caballo blanco para representarlo.