“Lo bueno se hace esperar” o al menos fue lo que debió proyectarse tras la gran expectativa que generó las dos desafortunadas postergaciones del nuevo terminal – Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. El cuál, inició finalmente operaciones el pasado 1 de junio en un intento desesperado por cumplir con la agenda y el apremio mediático. Desde entonces, no ha hecho más que generar polémicas y desnudar las falencias logísticas que posee internamente. Aquí, repasaremos algunos puntos clave que estuvieron en medio de la crítica.
Una inevitable carta de presentación
El aspecto del aeropuerto, si bien pasa a un segundo plano en estos momentos, resulta ser nuestra principal carta de presentación por default. Incluso, se podría considerar “la primera impresión” que pueden llevarse los nuevos visitantes que ingresen al país. No solamente por el diseño de la terminal, sino además, la geografía y accesibilidad de sus alrededores. Es por ello la justificada preocupación de distintas instituciones que no tardaron en detectar algunos fallos de vital importancia.
Falta de Identidad, Creatividad y Sostenibilidad
En cuanto a las observaciones estructurales, El Colegio de Arquitectos del Perú realizó un pronunciamiento no mucho después de la gran inauguración. Mediante sus redes sociales, expresó su preocupación respecto al desarrollo y calidad del espacio construido. En este, destacó la ausencia de un proceso abierto que diera fin a poder acordar una propuesta arquitectónica mayormente sostenible y creativa. La falta de identidad cultural, fue un tema extensamente abordado en el comunicado. Para reforzar ideas anteriores, se rescata el siguiente extracto:
Un aeropuerto no solo es una estructura funcional: es la primera y última imagen que reciben los ciudadanos y visitantes del país. Los aeropuertos son proyectos profundamente políticos, pues expresan decisiones sobre cómo nos representamos ante el mundo y cómo nos reconocemos ante la sociedad.
Mediante una reciente entrevista en RPP Noticias, Lourdes Giusti – Decana Nacional del Colegio de Arquitectos, puedo representar y ampliar la propuesta anteriormente abordada por su institución. Ella expresa la siguiente:
Si usted ve una imagen del aeropuerto de Barajas – Madrid, es totalmente diferente e inconfundible (…) cuando una arquitectura se hace con calidad y diseño, pensando no solamente en resolver una función, sino una narrativa que tenga una serie de cualidades, es donde el usuario se siente en un lugar muy bien pensado (…) En este caso el aeropuerto, es una caja que desarrolla una función que podría estar en cualquier parte del mundo. Es simplemente un rectángulo con tijerales metálicos, al cual le han puesto un ventanal de cristales templados. Tampoco vemos elementos de sostenibilidad y cambios climático.
La decana lamenta que, a diferencia del proceso de construcción del primer terminal aéreo, no se haya gestado un evento similar al gran concurso nacional de arquitectura (promovido por el arquitecto y expresidente Fernando Belaúnde Terry) que convoque al talento creativo. Coordinando mejores criterios arquitectónicos que hagan frente ante futuros cambios climáticos y generando signos de distinción visibles que no denoten una clara improvisación. Marta Morelli, vocera del colegio de arquitectos, cataloga a este suceso como una oportunidad perdida. Ella declaró lo siguiente para América Noticias:
Lo que reclamamos como arquitectos es esta oportunidad perdida de haber hecho una infraestructura de calidad que nos haga sentir orgullosos y que represente realmente a una sociedad. Se puede hacer mucho que no se hecho. (…) El techo termina teniendo un rol protagónico y vemos muchos ejemplos en el mundo. El techo es donde mayor detalle hay, donde más se esfuerzan por expresar una identidad cultural. En este caso, si vemos es simplemente un techo industrial que se ha resuelto de manera funcional. No hay ninguna concepción de imagen, de expresión ni de ningún tipo.
Logística interna
En los primeros días de operación, se denunciaron una gran cantidad de vuelos cancelados, reprogramados y retrasados. En concreto, el segundo día de operatividad fue catalogado como un desastre. Rocío Espinoza, Gerente de comunicaciones de LAP, explicaba para RPP que no se trataba de un desabastecimiento de combustible de los aviones como se rumoreaba. Simplemente, no existía una correcta distribución del elemento. Todo lo anterior, generó que más de 2 mil pasajeros fueran afectados por la cancelación de vuelos. Causando, además, un evidente descontento y una fuerte ola de críticas por parte de los usuarios contra las fallas del nuevo terminal. Estos últimos, atrapados en filas congestionadas de personas que solo buscaban una respuesta ante las problemáticas del gran colapso.
Seguridad
La gravedad del problema es tal, que alcanza para explorar el apartado de “seguridad” en más de un sentido. Comenzando por lo más grave, hace poco 2 aviones estuvieron en peligro de colisionar. Debido a un error negligente, por parte de la controladora aérea junto a la torre de control. Un avión copa de 600 pasajeros casi aterriza en la pista antigua del Jorge Chávez, donde estaba cruzando un avión KLM. En Panorama, se logró rescatar un audio que revela a mayor profundidad lo que vendría a ser una responsabilidad compartida entre el piloto de avión de copa 131 y la controladora aérea. Afortunadamente, se pudo evitar la tragedia gracias a una rápida intervención de la torre de control. El aterrizaje abortado fue redirigido a la pista 16 derecha, la cual forma parte de la estructura recientemente inaugurada. A pesar de la suerte, es necesario afinar este sector operativo para evitar situaciones como esta reciente polémica.
Por otro lado, “para más inri”, se detectó que las salidas de la terminal del aeropuerto presentan un peligro potencial. En palabras de Mónica Delta (analizando una nota de Latina noticias) cataloga las calles aledañas como “zonas calientes” en un contexto de alta inseguridad ciudadana. Principalmente por la avenida Morales Duárez con Faucett. Resulta ser el principal acceso hacia el nuevo Jorge Chávez. Aquí se percibe caos, congestión e inseguridad. En un reportaje de Punto Final para Latina Noticias, es donde consiguieron imágenes que desgraciadamente respaldan la situación. Se encontró que debajo del puente Faucett cohabitan delincuentes, drogadictos y vagabundos. Muchos de estos con denuncias de robo, hurto y otros delitos. Es bien sabido que, las zonas cercanas al aeropuerto en cuestión, resultan ser denominadas como puntos en alerta roja. Por inacción de las autoridades, es casi ya una característica propia del sector que se encuentra normalizada. Se sugiere tomar las precauciones del caso, debido a que es la única vía de acceso para los que decidan visitar nuestro país o partir al exterior.
Accesibilidad
El tráfico limeño es una de las problemáticas que menos nos deberían sorprender, resulta inherente a nosotros. No por nada hemos sido galardonados con el récord global de tráfico vehicular. Simplemente, somos los que más tiempo perdemos al volante. El acceso al aeropuerto, no se salva de este último defecto. Los autos quedan varados por horas en un intento por llegar al terminal. El acceso peatonal hacia este, recién estaría listo para el 2028 junto al puente Santa Rosa. Como destaca el Diario la República, es un acceso mal diseñado. Todo esto hace que un simple viaje al aeropuerto se convierta en toda una travesía de horas y horas. La ruta sugerida por el propio Ministerio de Transportes y Comunicaciones no parece satisfacer o calmar el descontento de la población. En todo caso, pareciera una sutil burla.
Viajar nunca ha sido tan complicado. Existen varias aéreas sin perfeccionar, varias ideas sin aterrizar. Descoordinación e improvisación por donde se mire. Se establecen oportunidades de mejora que, por el bien del prestigio internacional, deberían ser solucionados en un futuro cercano. Al menos, para ahorrarnos la vergüenza y transportarnos con total tranquilidad en una próxima ocasión.
