Dedicado a todas las madres que nos enseñaron a sentir el mundo cantando.
Desde que somos bebés, ya sentimos la música, Sin ni siquiera conocer el significado de las palabras, antes de aprender a hablar, la primera voz que escuchamos fue la de alguien famoso, fue la de nuestra madre. La voz de mamá –dulce, cálida, rítmica– fue muchas veces nuestro primer contacto con el mundo musical, el arte, el consuelo y la calma.
En cada canción de cuna, en cada tonada y tarareo, hay una herencia emocional y cultural que se transmite de generación en generación.
Este artículo es un homenaje en el Día de la Madre. Celebramos a esas mujeres que, sin necesidad de un escenario, fueron nuestras primeras estrellas, nuestras primeras cantantes y nuestra primera música.
Una voz que arrulla al mundo
En todos los rincones del planeta, las madres cantan a sus pequeños. Desde un tarareo japonés hasta una canción de cuna africana, desde una melodía andina en quechua hasta una balada europea, todas tienen algo en común: nacen del amor y del deseo de proteger, de calmar, de crear un puente inquebrantable entre madre e hijo que ninguna otra palabra podría igualar.
Estas canciones no tienen la necesidad de grabarse o ser parte de un álbum exitoso ni romper récords de ventas. Viven en la memoria familiar y en la piel de cada hijo que recuerda con amor y ternura esas primeras melodías. Son el primer ritmo que escuchamos al dormir y el primer instrumento que imitamos al balbucear.
Más allá de ser un arrullo, las canciones que nos cantaron en casa son una forma de herencia sutil pero poderosa. Nos enseñaron el idioma, ritmo, y ese tono emocional. Algunas mamás nos enseñaron canciones populares; otras hasta inventaron sus propias letras. Algunas lo hicieron con voz fuerte, otras apenas susurrando.
Esas canciones nos marcaron para siempre, incluso si hoy no recordamos la letra completa. La melodía está grabada en nuestros recuerdos, y muchas veces es lo que más tarde transmitimos nuestros hijos, y ellos a los suyos, en una cadena de amor sin fin.

Un lenguaje universal con miles de acentos
En nuestro mundo existen más de 7,000 idiomas y una infinidad de lenguas nativas, pero eso nunca ha sido obstáculo para que las madres cantan. En nuestra Amazonía, por ejemplo, las mamás cantan en lenguas originarias que muy pocos comprenden, pero que los niños reconocen como suyas desde el corazón y es el primer contacto con su cultura. En la India, muchas canciones de cuna incluyen nombres de dioses y elementos naturales, mientras que, en Francia, Alemania o Brasil, los temas se repiten generación tras generación, cargados de nostalgia.
Esa diversidad de voces muestra que la maternidad y la música están profundamente conectadas, sin importar el idioma ni el lugar. La canción de una madre es universal, aunque tenga miles de acentos.
La música que nos regalaron nuestras madres es un legado eterno. Tal vez ya no recordamos la letra exacta, pero sí cómo nos hacía sentir. Tal vez ya no vivimos en la misma casa, pero basta una nota para regresar al abrazo materno.
Hoy rendimos tributo a esa primera voz que nos enseñó a sentir, Porque, al final, la primera canción que conocimos no vino de la radio, conciertos, los discos ni de los audífonos, sino del corazón de mamá. Una voz que nos cantó en medio de la noche y nos mantuvo seguros.
Aquí les dejamos una lista de canciones que pueden dedicar a mamá este Día de la Madre, hoy nos tocas a nosotros ser los cantantes de ellas.
Playlist para mamá
- “Amor eterno” – Juan Gabriel
- «A ti mujer” – Alejandro Jaén
- “Te voy a decir una cosa”- Amaia Montero
- «Mamá» – Timbiriche
- «Eres tú (Mamá)» – Carlos Rivera
- «Mamá» – Il Divo
- «Te amo mamá»- Los Bukis
- “Por siempre tú”- Cristina Aguilera
- «Superwoman» – Alicia Keys
- «Gracias a ti mamá» – Álvaro Rod